Me llamo Alma, y tengo 21 años. Siempre me he considerado una chica de actitud exageradamente recta. Reconocida entre el claustro y marginada socialmente, he decidido aferrarme durante toda mi vida a la racionalidad, ignorando por completo mis instintos, la necesidad por socializar, por ser alguien, por tener amigos, enamorarme. Todo lo que he recogido a lo largo de todos esos años son un montón de folios en los cuales números y más números superiores a 9 muestran mi decadencia social.
Pero hace poco, choqué con otra chica. Juliette. Y choqué de verdad. Desde entonces, mi vida no hace más que dar vueltas, y no puedo evitar sentirme arrastrada por esa espiral de imposibles momentos que jamás imaginé. Es como mi alter ego. Me intimida, me vuelve valiente. Me empequeñece, me crece.
Pero hace poco, choqué con otra chica. Juliette. Y choqué de verdad. Desde entonces, mi vida no hace más que dar vueltas, y no puedo evitar sentirme arrastrada por esa espiral de imposibles momentos que jamás imaginé. Es como mi alter ego. Me intimida, me vuelve valiente. Me empequeñece, me crece.
Y esta, es mi historia.